El Partido Ba´ath

https://i0.wp.com/upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/16/Michel_Aflaq.jpg

Michel Aflaq, ideólogo ba´athista

El Partido del Renacimiento Árabe Socialista (Hizb al-Ba´ath al-Arabi al-Ishtiraki), más conocido por su simplificación “Ba´ath” (“Renacimiento” o “Resurgir”), fué fundado en 1947 por el sirio cristiano Michel Aflaq (1910-1989), que había estudiado en París tomando contacto con los ambientes fuertemente politizados de la Europa de la época. Su cosmología, un amalgama de nacionalismo panarábico, secularismo y socialismo no marxista, coincidía en casi todo con la del Partido Social Nacionalista Sirio (SSNP) de Antun Sa´adeh (fundado en 1932). Pero, si por un lado Aflaq predicaba una unión de todos los países de lengua árabe, desde Marruecos hasta Iraq (convirtiéndose de esa manera en un precursor ideológico de Nasser), Sa´adeh (que era pan-sirio más que pan-arabista) sostenía que había grandes diferencias históricas y culturales entre las varias secciones del mundo arabófono, y proponía cuatro naciones árabes: El Maghreb (Marruecos, Argelia, Túnez y Libia), Egipto, Arabia (la península) y la Gran Siria (incluyendo El Líbano, Palestina, Chipre, Jordania, Iraq y Kuwait).

En 1949 Sa´adeh intentó lograr la integración del Líbano en Siria, y para ello pidió ayuda al entonces presidente sirio Husni Al-Zaim. Éste le prometió armas y dinero, pero cuando Sa´adeh llegó a Damasco fué traicionado, detenido y entregado a las autoridades de Beirut, que lo ejecutaron por subversión. Irónicamente Sa´adeh había nacido en territorio de la provincia otomana de Siria que más tarde sería parte del estado libanés, inexistente hasta la descolonización, y su partido a día de hoy donde más activo es y con más miembros cuenta es en el Líbano. El SSNP se vió muy debilitado tras la pérdida de su líder, lo que afianzó la influencia del partido “rival” en el ámbito socialista-nacional sirio y árabe. El Ba´ath creció y se hizo popular, sobre todo entre los universitarios de las ciudades.

Tres años tras la muerte de Sa´adeh, en 1952, llegó al poder en Egipto el militar Gamal Abdel Nasser, cuya ideología era idéntica a la de los ba´athistas sirios. Pero Aflaq y sus camaradas, más familiarizados con las élites  intelectuales juveniles de Damasco y poco dados a hablar en público, eran personajes grises y de perfil bajo que como figuras políticas palidecían ante la flamante oratoria y el enorme carisma de Nasser, que cautivaba a las masas para la causa panarábica. Esto supuso que los ba´athistas  y el pueblo sirio en general no mostraran inconveniente alguno en que fuera Nasser la autoridad máxima y absoluta de la República Àrabe Unida, fusión político-administrativa creada en 1958 de los estados sirio y egipcio, y con miras a incluir en el futuro más estados árabes. Pero las divergencias no tardaron en aparecer y en 1961 se disolvió la RAU, continuando Siria y Egipto por sendas diferentes.

https://i0.wp.com/www.compendium.ro/imgpers/360.jpg Hafez Al-Assad (1930-2000)…

La familia judía iraquí que en 1937 salvó la vida de Saddam Hussein - imperioromano.com … y Saddam Hussein (1937-2006), enemigos íntimos.

En Siria se sucedieron un gran número de golpes de estado hasta que en 1970 (el mismo año de la muerte de Nasser) llegó al poder el militar ba´athista Hafez Al-Assad,  hasta entonces jefe de las fuerzas aéreas y ministro de defensa.  Al-Assad pertenecía a la minoría alawita, una secta chiíta considerada hereje por los musulmanes suníes ortodoxos puesto que ven a Ali (el yerno de Mahoma) como una encarnación de Dios y por consiguiente más importante que al profeta. Tambien en Iraq había accedido al gobierno el partido Ba´ath. Pero las dos facciones estaban enemistadas entre ellas, tanto es así que cuando Saddam Hussein se hizo con el poder en 1979 y decidió enfrentarse al nuevo régimen islámico surgido también ese año en Irán (pues temía revueltas chiítas en su país), Al-Assad forjó una alianza con Jomeini. Paradójicamente, Siria e Iraq, ambos países árabes y seculares regidos por el Ba´ath, estaban enfrentados entre sí y Al-Assad se convirtió en aliado de la Revolución Islámica de Irán, país no árabe cuyo líder, el ayatolá Jomeini, estaba prácticamente en las antípodas ideológicas del Ba´athismo. Al mismo tiempo, el régimen de Al-Assad se encontraba bajo la tutela de Moscú y mantenía buenas relaciones con los países del Pacto de Varsovia, mientras que Saddam era en aquel entonces apoyado por EEUU, Europa occidental y Arabia Saudí, que veían peligrar sus intereses ante la revolución jomeinista, pues ésta amenazaba con extenderse a otros países influenciando a las comunidades chiítas del Golfo Pérsico. Tras el colapso del URSS, que el perspicaz líder sirio había intuído, Al-Assad hizo gala de su pragmatismo tratando de mejorar las tensas relaciones con EEUU para que el país más poderoso del mundo borrara a Siria de la “lista negra” de “estados protectores de terroristas” (Pues en Damasco habían conseguido resguardarse activistas de la lucha palestina como Abu Nidal o el famoso Ilich Ramírez alias “Carlos”). Cuando Saddam pasó de ser amigo de occidente a enemigo mortal, cuando dejó de ser útil a los intereses del imperialismo, Bush padre decidió atacar Iraq (con la excusa de la invasión al emirato de Kuwait) y Al-Assad aceptó proporcionar ayuda logística a los yankis con la idea de mermar el vecino régimen rival. A pesar de ese acercamiento táctico a EEUU, Siria continuó (y sigue hasta la fecha) en excelentes relaciones con la República Islámica de Irán y siguió ayudando a la insurgencia antisionista libanesa y palestina.

Hafez Al-Assad murió a los 70 años de edad en el 2000 y le sucedió su hijo Basher. Saddam fue depuesto, capturado y ejecutado tras la invasion de 2003. Iraq es actualmente un país destruído por la guerra genocida de los Bush y desgarrado por complejos conflictos internos. Pero en Siria el Ba´ath ha logrado mantenerse en el poder, a pesar de la nula experiencia previa del actual presidente en el campo de la política (Basher Al-Assad es oculista, y se convirtió en sucesor de su padre a causa de a la muerte de su hermano mayor Bassil  en un accidente de tráfico).

Desgraciadamente, los objetivos prioritarios y esenciales del ba´athismo, postulados por Aflaq e intentados poner en práctica por el egipcio Nasser, nunca fueron logrados, pese a conseguir el partido ostentar el poder en Siria y en Iraq. La enemistad entre Al-Assad y Saddam, rivalidad fratricida y paradójica, fue la principal causa de ello.

Esta entrada fue publicada en Socialismo árabe. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario