Ni «cristiano» ni «nazi»: Behring Breivik, un terrorista sionista y masónico

Es posible que el autor de la masacre cometida en Noruega sólo sea un tonto útil del atlantismo mundialista con delirios de grandeza, convencido de ser un cruzado con la santa misión de librar a «occidente» de las «hordas sarracenas».

Pero tenga o no ese asesino vínculos con el Mossad o esté o no involucrado en tramas del estilo Gladio lo cierto es que los medios sistémicos se cuidan muy mucho de hacer alusión a la innegable condición prosionista y masónica de éste nefasto personaje… Se limitan a describirlo como un «ultraderechista», «enemigo del multiculturalismo» y lo califican de «neonazi» o de «extremista cristiano». Mediante esa tergiversación están tratando de proteger y encubrir a quienes son (por lo menos!) los responsables ideológicos de la matanza, así como de demonizar a quienes nos oponemos al genocidio cultural impuesto desde «arriba» por los artífices de la globalización demoplutocrática.

Los grandes medios pasan por alto la admiración confesa de éste tipo por individuos como Avigdor Lieberman, Pamela Geller o Henryk Broder, todos ellos fanáticos sionistas. Breivik, en su manifiesto, pedía expulsar a los árabes de Europa… así como de la franja de Gaza y Cisjordania (igual que los sectores más reaccionarios del Likud). Parece que a los grandes conglomerados mediáticos no les interesa hacer hincapié en detalles como éste.

Breivik dice oponerse al multiculturalismo? No olvidemos que sus circuncisos amigos son los que con más énfasis predican las bondades del «multiculturalismo» (eso sí… PARA LOS DEMÁS!)

El sionismo internacional, a través de organizaciones como la masonería, busca debilitar (y si es posible destruir) todas las demás culturas para afianzar la hegemonía del «pueblo elegido». Es un proceso largo y paulatino que en Europa está siendo implementado con éxito desde hace muchas décadas. Por un lado pretenden hacernos sentir culpables de ser tradicionalistas (usando para ello a la «izquierda»), y por el otro su propaganda islamófoba (realizada por la «derecha») crea elementos como Geert Wilders o éste energúmeno noruego, pues la táctica sionista es la de dividir a los pueblos y religiones para enfrentarlos entre sí. En realidad no hay «izquierda» o «derecha», términos abstractos, desfasados y obsoletos que sólo sirven para sembrar la confusión. Lo que hay es el $istema (economicista, materialista, homogeneizador y encubiertamente esclavizador – es decir, el stablishment vigente), y quienes nos oponemos al $istema. Más claro, agua.

La única alternativa posible es a mi juicio la Tercera Posición. Sí, esa que horroriza tanto a los progres de la infraizquierda como a la derechona rancia liberal-burguesa, quienes la han estigmatizado bajo el epíteto de «fascista». Al fascismo histórico (derrotado y extinto definitivamente en 1945) pertenecieron una serie de movimientos cuyos líderes cometieron graves errores (como el racismo biólogico en el caso del NS alemán), pero los «sucesores» de tales movimientos no sólo errores cometieron, sino grotescas aberraciones ideólogicas; los «neofascistas» de servicio son una abominación política, siervos conscientes o inconscientes del atlantismo. La islamofobia de elementos como éste Breivik es una de las consecuencias modernas de todo ese confusionismo. Tanto los progres de la izquierda como los fachas de la derecha son excreciones purulentas del $istema capitalista e imperialista judeoplutocrático y cosmopolita.

Frente al unipolarismo homogeneizador americanocéntrico, los tercerposicionistas proponemos los valores de Patria, Tradición y Socialismo (es decir, justicia social – El socialismo debe desarrollarse en cada nación de una forma diferente, de manera acorde a la idiosincrasia de cada pueblo; contrariamente a lo que dicen los marxistas ortodoxos, promotores también de un tipo de globalización mercantil antiespiritual y sin alma). Patria, Tradición y Socialismo en el marco de un sistema geopolítico multipolar que tenga en cuenta y respete las evidentes diferencias étnicas, culturales y religiosas de todos los pueblos. Diferencias que tanto los progres de la infraizquierda como la derecha neoliberal niegan (pues decir que hay diversidades étnicas y que cada pueblo tiene el derecho de vivir dignamente en su propio país es de «fascistas»). El hecho de que existen tales diferencias  ha sido manipulado por la extrema derecha (al servicio consciente o no del $istema) que ha pervertido las ideas originales (del mismo modo que los wahhabitas corrompen al Islam), arrastrada por los delirios supremacistas y racistas, herederos ideológicos no del fascismo, sino del fundamentalismo mesiánico talmúdico (mucho más antiguo!), y presente también en la enferma ideología de los neocon WASP (Bush & co.)

Ver: «Sionismo, un racismo precursor del nazismo»

Sionismo, un racismo precursor del nazismo

El sabio chino Sun Tzu ya dijo en «El Arte de la Guerra», que lo más importante es saber identificar correctamente al enemigo. El enemigo de los europeos tradicionalistas, desde luego que NO es el Islam, como piensan millones de descerebrados en nuestro secuestrado y lobotomizado «Occidente». La maquinaria de propaganda de los «elegidos» ha creado aberraciones como el «cristiano-sionismo» para atraer a los cristianos a su órbita y crear legiones de tontos útiles, numerosos goyim siervos fieles de Sión. Véase lo que dice David Duke sobre la insensatez del «cristiano-sionismo»:

En el mundo musulmán un equivalente del fundamentalismo protestante y del fanatismo talmúdico es el wahhabismo, un auténtico caballo de Troya empleado para destruir al Islam desde dentro. El wahhabismo (o salafismo) sirve para «justificar» la islamofobia promovida en «occidente», al mismo tiempo que los cínicos hipócritas que la promueven, se dedican a fortalecer a esa secta integrista en los países musulmanes. (Alianza férrea con Arabia saudí, cuna del wahhabismo; represión brutal en Bahrein, apoyo a los rebeldes alqaedistas de Libia y Siria, apoyo a grupos terroristas de esa ideología que operan en Irán para desestabilizar a la República Islámica, véase Jundullah, etc, etc)

En resumen: La matanza perpetrada en Noruega es un crimen donde se puede especular que exista (o no) una relación con servicios de inteligencia, y de si se trata (o no) de una operación «Stay Behind» de tipo GLADIO. Hay muchos cabos sueltos pero no hay pruebas para afirmar nada de forma definitiva. Lo que sí es seguro es que los medios están manipulando la motivación ideológica del terrorista para encubrir a la ideología que realmente ha inspirado esa carnicería atroz, así como a los máximos exponentes de la misma.