El ex-soldado alemán Erich Priebke (Berlin-Henningsdorf, 1913), oficial SS destinado en Italia durante la IIGM, cumplió 100 años el pasado 29 de julio y es el preso político más anciano del mundo. En 1994 fue detenido en Bariloche (Argentina), acusado de haber participado cincuenta años antes en los fusilamientos de las Fosas Ardeatinas en Roma, donde fueron ejecutados unos 200 rehenes que estaban encarcelados por afiliación con guerrillas colaboradoras de los aliados. Tal medida expeditiva fue ordenada por Berlin en represalia a un atentado con bomba previamente cometido por partisanos comunistas contra policías alemanes en la Via Rasella de Roma; en el que por cierto también murieron varios civiles italianos.
Poco después de la IIGM, a finales de los años ´40, se celebró un juicio en Italia contra los militares alemanes implicados en los fusilamientos de las Ardeatinas (Priebke se encontraba prófugo en el norte de Italia, tras escapar de un campo de concentración en el que los aliados habían internado a los alemanes tras su victoria); de ese juicio todos los compañeros de Priebke fueron absueltos (a excepción de su jefe, el oficial Herbert Kappler – responsable de un error en el conteo por el cual fueron fusilados una decena adicional de presos), al constatarse que actuaron cumpliendo órdenes y que no podía considerárseles culpables; pues obraron de acuerdo a la legislación internacional vigente en aquel momento: La ejecución de rehenes en represalia a atentados contra cuerpos de seguridad era una práctica habitual – de hecho, ingleses y franceses la empleaban de manera aún más dracónica que los alemanes – y legalmente aceptada antes de 1945, y sobre todo tratándose de tiempos de guerra. (Entendiéndose «rehenes» como prisioneros en algún modo asociados a los autores de tales atentados – Es decir, si no era posible detener a los autores directos que habían perpetrado el atentado, se ejecutaba en represalia a sus compañeros presos).
Erich Priebke emigró a principios de los ´50 a la Argentina, y se estableció en Bariloche, donde residió tranquilamente durante décadas -completamente alejado de cualquier tipo de actividad política – dedicado a la hostelería, a la restauración, y al centro cultural alemán de la ciudad. No «huyó» a la Argentina, ni se «escondió»; pues siempre mantuvo su nombre real y no tenía nada que ocultar (sus compañeros militares habían sido absueltos!). Incluso viajó por Europa durante los años ´80 junto a su esposa como turista, y bajo su auténtico nombre!
Sin embargo en los años ´90, los «cazanazis» del centro Simon Wiesenthal, fijaron su atención en Priebke, cuando se encontraban desarrollando para la televisión un documental propagandístico sobre «los nazis huídos a Argentina» (tras una indiscreción del también ex-SS residente en Bariloche Reinhard Kopps – quien publicó varios libros sobre la masonería y el NOM bajo el pseudónimo de Juan Maler). Tras el Dr. Mengele y Klaus Barbie (y Degrelle y Otto Remer, fallecidos ambos precisamente en 1994) necesitaban un nuevo «demonio», un nuevo «malvado nazi» al que satanizar, y en el que proyectar sus propios crímenes racistas (la famosa técnica del chivo expiatorio). Así pues, el entonces ya octogenario Priebke fue detenido, extraditado a Italia (con la excusa de los fusilamientos de las Ardeatinas, de los que -recordemos- sus camaradas fueron absueltos en su día!), encerrado en prisión y sometido a las más infamantes calumnias por parte de los medios, que le pusieron epítetos como «el carnicero de las Ardeatinas» y le acusaron (obviamente sin pruebas) de las más variopintas atrocidades: «crímenes de guerra», «genocidio», «sádicas torturas», «deportar judíos a Auschwitz»,etc, etc…
Condenado a cadena perpetua tras intensas presiones del lobby sionista italiano e internacional, después de años en la cárcel y tras una odisea judicial acompañada por una bizarra campaña mediática de difamación; su abogado Paolo Giachini logró que se le concediera (debido a su avanzada edad) el arresto domiciliario. Hoy, a sus 100 años, Priebke vive confinado en un piso de Roma, bajo la constante custodia de soldados del Ejército italiano. No se le permitió acudir al funeral de su esposa (a la que no veía desde su extradición), que falleció en Argentina hace ya unos años. Vae victis!
Hemos traducido el siguiente artículo de la web alemana NR «Sache des Volkes» (strasseristas), que resalta la enorme hipocresía y la doble moral que el estado alemán pone de manifiesto en el caso Priebke y en el caso de Georg Klein, coronel alemán contemporáneo, que en el 2009 ordenó bombardear a un grupo de afganos en Kunduz (asesinando a muchos civiles, entre ellos niños), como represalia a una acción de los talibán. Mientras a Priebke se le considera un «criminal de guerra», se le somete a una brutal demonización mediática y se le condena a un calvario judicial y penitenciario por participar en unos fusilamientos hace 70 años; Georg Klein, que ordenó personalmente una masacre en Afganistán (donde Alemania ni siquiera está sirviendo sus propios intereses) no solo es absuelto, sino además ascendido!
TM
Versión original: http://sachedesvolkes.wordpress.com/2013/09/09/erich-priebke-und-georg-klein-oder-wie-brd-heuchler-das-volkerrecht-manipulieren/
También en el nuevo documental de ARD se muestra la orden de Klein de bombardear a los afganos como un acto de venganza por el sangriento ataque hecho antes contra el convoy del ejército alemán y como castigo a la población civil de cooperación parcial con los partidarios de los talibanes.Mientras que la ONU considera hoy las represalias contra la población civil como «crímenes de guerra » (Convenio IV de Ginebra de 12 de agosto de 1949 sobre la protección de personas civiles en tiempo de guerra) la ejecución de rehenes en represalia a ataques contra fuerzas de ocupación eran hasta el final de la IIGM un método común internacionalmente aceptado.Por lo tanto , es una muestra de hipocresía y doble moral , condenar a Erich Priebke, quien – a excepción del error de conteo – actuó de acuerdo a las reglas y en base a las normas jurídicas internacionales de su momento; mientras que el oficial de la Bundeswehr Georg Klein es absuelto de su crimen, aunque su acto de venganza contradice la legislación de las Naciones Unidas. Una cosa es cierta: en Alemania el «derecho internacional » es interpretado de manera arbitraria y oportunista. En este país, la corrección política ha triunfado sobre la objetividad del derecho internacional!++
Erich Priebke ha fallecido el pasado viernes, 11 de octubre.
Descanse en paz.
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